jueves, 29 de septiembre de 2011

Francia - Deauville (Pointe du Hoc, Omaha Beach, Deauville) (Día 12)

Este día abandonamos Bretaña para ir a Normandía. Ir a Cherburgo era demasiado rato, pero en lugar de seguir la ruta más corta, la que sugería google maps o un navegador, fuimos por la costa, en un desvío improvisado de nuestra ruta.

Por ahí llegamos a las playas del desembarco y, ya que estábamos allí, fuimos a conocer aquella zona. Fue una de las sorpresas del viaje.
Llegamos Pointe du Hoc, donde en la II Guerra Mundial los Rangers de los Estados Unidos tuvieron que trepar por los acantilados para conquistar una posición donde se suponía que había unos cañones, que luego estaban tierra adentro.
El lugar está lleno de cráteres provocados por el bombardeo aéreo y naval.
Después nos acercamos al cementerio americano en Omaha Beach. El día era desagradable, aunque fuera agosto, y eso nos hace suponer que las condiciones que sufrieron los aliados en el desembarco no fueron mucho mejores.
No llegamos a bajar a la playa, pero la divisamos desde lo alto.

Después recorrimos el cementerio que es impresionante. Cientos de cruces perfectamente alineadas e identificadas.
Otros desconocidos pero igualmente honrados allí.
Gente de diversa condición muerta en combate para destruir al mal.
Todavía recordados con justicia: su sacrificio fue por nuestra libertad.
Había excursiones de turistas americanos que fotografiaban el lugar.
Hay una estatua alegórica del sacrificio de la juventud, en un lugar donde tantas vidas se sacrificaron.
Después llegamos a un pueblo, de cuyo nombre no quiero acordarme donde comimos regulín. Yo comí caracoles, pero algunos de mis amigos tomaron algo que no les sentó muy bien.
Después llegamos al último hotel que íbamos a visitar en este viaje, en Deauville. Una pequeña ciudad de vacaciones bastante "pija".


Dimos un paseo por la playa, que no tenía bañistas, dada la hora y el tiempo atmosférico. Por la playa había paseantes a caballo.


Las casetas tienen un separador de madera con nombres de actores, directores, etc.




Este fue el primer día que no cenamos fuera del hotel. Algunos de nuestros amigos no se sentían muy bien esa noche porque les había sentado mal la comida y teníamos tal hartazgo de comer en restaurantes, que ese día compramos unas piezas de fruta y unos yogures en el supermercado cercano.

martes, 27 de septiembre de 2011

Francia - St. Malo (Mont Saint Michel, Cancale, Pointe Grouin, Dinard) (Día 11)

El decimoprimer día de viaje tomamos temprano el coche hacia el Mont Saint Michel. Es impresionante, porque se ve desde toda la bahía, muy chiquitito, pero se ve. Lo que da una idea de su tamaño. Al llegar cerca esta es la vista que es mucho más impactante en la realidad.
Es curioso el ciclo que sufren las plazas de aparcamiento, que son cubiertas por las aguas según sube la marea, a excepción de las que están en la carretera que une la (antigua) isla con el continente.
Aparcamiento en el Mont Saint Michel
La subida hacia la iglesia se convierte en una especie de peregrinación en la que el visitante se va maravillando de este milagro nacido sobre una roca en el mar.




Claustro en el Mont Saint Michel

Claustro en el Mont Saint Michel
En uno de sus celebérrimos restaurantes (La Mère Poulard) preparaban las tortillas que cobran a precio de caviar iraní.
Haciendo tortillas en el Mont Saint Michel
Los comercios que hay a lo largo de la subida dan al Mont Saint Michel un ambiente de ciudad medieval que resulta muy atractivo.

Después fuimos a Cancale, que es célebre por su producción de ostras. Manjar que no probé porque mi cuerpo no lo resiste. Como el esto de esa zona, es un lugar donde la marea tiene un gran recorrido y deja las embarcaciones apoyadas en la quilla.
Marea baja en Cancale
Ahí comimos en un restaurante donde nos trataron como a reyes, con un menú espectacularmente exquisita (vino y ostras incluidos) por 20 euros por persona. Salimos de allí pensando que en España nos toman el pelo por todas partes.


Aquí se pueden ver las bateas de ostras. En la playa había vendedoras de ostras a precios irrisorios. Lástima que mi cuerpo las rechace.

Después de comprarlas, la gente se las comía a pie de playa y tiraba las conchas a la playa, donde había una montaña (sí, una montaña) de conchas.

Desde allí nos fuimos a la Pointe du Grouin, que es un parque natural desde el que se divisan unas vistas espectaculares de la bahía, Mont Saint Michel incluido. Al ser un cabo en el Canal de La Mancha, es un lugar muy ventoso, donde no servían de nada los paraguas, ya que la lluvia cambiaba continuamente de dirección llegando a ser horizontal.
Vista desde Pointe du Grouin
A continuación fuimos a Dinard, que es un pueblo costero que nos recordaba vagamente el ambiente señorial de Santander. Había una estatua de Alfred Hitchcock, creo que puesta para llamar la atención de los turistas y no porque el inglés hubiera tenido relación alguna con Dinard.




Allí vimos un bañista solitario con un cuerpo espectacular. Lástima que mi cámara no le pillase en el mejor ángulo y me saliera la foto movida.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Francia - St. Malo (Dinan, St. Malo) (Día 10)

Al día siguiente abandonamos el hotel de Rennes y partimos hacia Dinan que nos pareció precioso.









Después marchamos a Saint Malo, donde teníamos la siguiente base. Un hotel majo con unos grifos que me encantaron. Si algún día tengo una casa propia, pondré unos grifos así. Después salimos a dar una vuelta por la ciudad, que fue destruida durante la Segunda Guerra Mundial y luego reconstruida.

En las playas se puede apreciar el enorme recorrido que tienen allí las mareas.



martes, 20 de septiembre de 2011

Francia - Rennes (Vitré, Rennes) (Día 9)

Al día siguiente fuimos a Vitré, que es un pueblo muy bonito al este de Rennes. Este día nos lo tomamos un poco más tranquilo.
















Después nos fuimos a Rennes. Ya que nos quedábamos en la ciudad, había que conocerla un poco. Allí JuanMa hizo una compra para su mujer: una joyita. M. y yo casi nos compramos algo de ropa, pero nos contuvimos.